Espiritualidad y Pedagogía Lasallista

Es interesante subrayar que la palabra «espiritualidad» no apareció en la lengua francesa más que en el siglo XVII, para distinguir entre itinerarios, totalmente distintos, seguidos por cristianos piadosos, hombres o mujeres, de acuerdo con su lectura personal del Evangelio. Cuando se emplean expresiones tales como «espiritualidad ignaciana», «espiritualidad carmelitana» o «espiritualidad franciscana», el adjetivo utilizado personaliza el término «espiritualidad»; parece sin embargo que hay un significado común importante en el nombre en sí mismo.

Así pues, ¿qué puede aportar de más el calificativo «lasallista» a este significado común del término «espiritualidad»? Según el artículo del H. Gerard Rummery, aportaría un «sabor» particular o una acentuación real al nombre, a causa del lazo inseparable que une la historia de la vida de San Juan Bautista de La Salle y el movimiento educativo específico en el mundo, del que es el fundador.

El autor subraya que si el movimiento inicial, empezado hace más de 300 años, atrajo personas que eran esencialmente maestros en el sentido característico del término, esta herencia es compartida hoy por un amplio abanico de individuos, principalmente profesores, pero igualmente por trabajadores sociales, equipos de gestores y administradores, y toda persona que pueda ser considerada como parte de la gran familia de educadores lasallistas.

En este artículo, el autor evoca la espiritualidad lasallista bajo los aspectos:

  1. Espíritu de comunidad
  2. Espíritu de fe
  3. Espíritu de celo
  4. Espiritualidad «práctica»
  5. Metáforas propias de la espiritualidad lasallista
  6. Hacia una conclusión

Esperamos que esta incursión en el mundo de la espiritualidad lasallista les ayude a ampliar el conocimiento de aquello en lo que creemos, y que forma parte esencial de nuestra vida de Hermano: nuestra espiritualidad lasallista.